El Castrillo de los Polvazares original estaba en otro lugar, pero una gran riada lo eliminó por completo, y en el s XVI se empezó la reconstrucción en el lugar en el que lo visitamos a dia de hoy. Sus gentes eran comerciantes o traficantes que cargaban en sus mulas todo tipo de productos, pieles, pescados, herramientas, vinos…
Las «casas arrieras» tienen grandes portales, establos para los animales y grandes bodegas o despensas que se usaban a modo de almacén. Muchas de ellas tienen patios en el interior a modo de claustro.
Estos comerciantes/traficantes dotaron a Castrillo de los Polvazares de una considerable importancia, pero a finales del siglo XIX (concretamente en 1866) el tren hacía su llegada a la ciudad de Astorga (a unos 6 kilómetros aproximadamente) y esta via de comunicación fue restándole rentabilidad e interés a este pueblo.
La peculiaridad de este pueblo es que sus casas mantienen prácticamente sus condiciones originales, con carreteras de piedra, al igual que todas las casas. No hay aceras, no hay asfalto, no hay siglo XX prácticamente. El poblado tiene forma de «Y»: una entrada principal y una bifurcación y poco más… Es pequeño, pero con un atractivo impresionante. Justo a la entrada hay un pequeño aparcamiento (ya que la circulación por sus calles está limitada a sus habitantes). Nos sorprenderemos al ver que este parking está siempre lleno.
Por Castrillo de los Polvazares pasa el Camino de Santiago Francés. Está señalado como Conjunto Histórico-Artístico de valor Nacional desde el año 80.
PUNTOS GPS
42º 27′ 50» N – 06º 07′ 32» O – Aparcamiento y acceso